La cueva de los guanacos

Un lugar genial para visitar: la cueva de los guanacos

Esta cueva es un hito entre todos los que vienen a ascender al Tres Picos, es más, hay gente que viene aquí a pasar varios días sin niguna intensión de llegar a la cumbre.
Es una gran abertura natural en la roca, parte de su piso es plano y de tierra, permitiendo poner allí algunas carpas, dependiendo como se acomoden y el tamaño de estas pueden caber cuatro o cinco, el resto de la cueva está ocupado por una gran roca que hace de living para los ocupantes, allí se reunen los viajeros a cocinar, comer y conversar.
Cuando llegamos ya había gente, siete personas en dos carpas, unos de ellos parecian ser recién llegados porque todavía tenían el campamento a medio armar, los otros debían estar desde antes porque estaban almorzando.
Elegimos el lugar para armar la nuestra, la entrada de la cueva no ofrece el mejor reparo pero la vista del Tres Picos desde allí es impresionante, como el clima está bueno decidimos armar allí (también podríamos haber armado afuera ya que hay suficiente sitio pero aquí el piso es más plano).
Pero todavía no es momento de armar la carpa, primero lo primero y es necesario el ritual de tomar unos buenos mates como premio al esfuerzo, asi que encendemos el calentador, ponemos la pava con agua, sacamos unos paquetes de bizcochitos que trajimos para ocasiones como esta y nos sentamos a disfrutar del lugar, antes que hubieramos terminado la primera pava ya se nos habían unidos los vecinos de manera que la mateada se hizo larga.
Ahora sí, hay que ponerse en movimiento, despues tendremos tiempo de seguir con esto, mientras unos van a buscar agua al arroyo otros se ponen a armar la carpa. El arroyo se llama San Diego y en este lugar es apenas un hilo de agua (en ciertas épocas está seco), para llegar a él hay que bajar (bastante para nuestro gusto,porque luego hay que volver a subir) y una vez allí buscar algún punto en el que el agua corra, cargar los recipientes (generalmente usamos envases plasticos de agua mineral o de gaseosa, otras veces son cacerolas). En un rato el campamento está armado y nosotros almorzando, no cocinamos porque habíamos traído pan, salamín y queso para el almuerzo.
Como llegamos temprano nos queda la tarde libre para pasear, el lugar tiene muchos rincones y posibilidades: allí cerca se encuentra una versión a escala reducida de la cueva, llamada Cueva del Puma, más abajo se ven unas lagunitas que invitan a darse un paseo, y atrás de la cueva se eleva otro de los conocidos del lugar, el Cerro Napostá. Estamos algo cansados asi que no vamos a hacer grandes esfuerzos, nos dedicamos a recorrer el vecindario y luego a hacer sociales con nuestros compañeros de la cueva.
Así pasa nuestra tarde y llegamos a la hora de la cena, la sobremesa se extiende bastante entre charlas y algún vino llega la hora de irse a dormir pues mañana tendremos que madrugar…

Espero comentarios de quienes la conozcan….