CIVILIZACIONES DEL PROXIMO ORIENTE ASIÁTICO.
En primer lugar hay que señalar que el mundo del próximo oriente hoy en día pertenece en su 90% a la República de Irak, el resto a Siria y Turquía.
Fuentes. Los descubrimientos comenzaron en la segunda mitad del s. XIX y han continuado desde entonces con expediciones de muchos países, francesas, inglesas, americanas y españolas lo que ha facilitado el conocimiento de estas culturas.
Las fuentes escritas comienzan con Herodoto que describió Babilonia aunque nunca estuvo allí. De la época alejandrina es la Historia de Babilonia de Boroso de la cual solo nos han llegado fragmentos. Para escribirla recogió información directa de sus archivos, los listados de reyes. Ptolomeo (s. II d. C.) escribió un Canon de los reyes de Mesopotamia, Babilonia y Persia que permite conocer sus dinastías. Los árabes también hicieron alusiones a esta región y un judío español del s. XII, Benjamín de Tudela hizo un viaje por el Próximo Oriente en el que visitó las ruinas de Babilonia, mencionando a la Torre de Babel. En el s. XVI hay referencias de alemanes e italianos, como Pietro del Valle que hizo un relato de su viaje del que se trajo inscripciones cuneiformes que despertaron gran interés. Y la Biblia cuya exégesis ha contribuido al conocimiento de Mesopotamia, aunque como fuente histórica hay que manejarla con cierta prevención. Su génesis debe mucho a la literatura mesopotámica en narraciones como la del diluvio.
Las primeras excavaciones se llevaron a cabo en el s. XIX por diplomáticos europeos. Así el francés Botta, cónsul en Musul, descubrió Nínive. Layard excavó en Korsabad y el alemán Robert Koldewey en Babilonia. Después de la primera Guerra Mundial André Parrot lo hizo en Mari y en Lagash. Después de la segunda todas las naciones enviaron delegaciones a la zona lo que hace que constantemente aparezcan nuevos estudios.