Si bien el proceso de aprendizaje es propio e interno de cada uno, algunas reglas generales que tienen que ver con el espacio físico donde vamos a desarrollar la tarea son una buena forma de ayudar a obtener mejores resultados. A la hora de seleccionar el espacio físico donde estudiar es bueno tener en cuenta los siguientes detalles:
- La ubicación del lugar es muy importante para que todo lo demás se suceda en buena forma. Debemos elegir un espacio donde nos encontremos cómodos y tranquilos, lejos de ruidos, pasaje de personas y elementos que puedan distraer nuestra atención como la televisión.
- El orden del lugar seleccionado (sea nuestro cuarto, la biblioteca, la mesa de la cocina) nos propone de hecho un entorno favorable para estar en orden con nosotros mismos, antes de comenzar a estudiar. Es imprescindible encontrarnos tranquilos “desde el vamos” así nuestras funciones cerebrales estarán en la mejor forma para asimilar los conocimientos.
- La luminosidad es importante tanto si estudiamos con la luz del día o con luz artificial. En ambos casos la luz debe ser adecuada para no producir cansancio innecesario a la vista, permitir una mejor atención y ayudar a una postura corporal correcta que evite posteriores dolores o molestias,
- La comodidad del lugar y de nosotros en él ayuda a que la tarea se desarrolle en forma placentera. Elegir un buen sillón para leer, una buena silla y escritorio para poner nuestro ordenador, tener espacio suficiente para colocar las cosas necesarias a nuestro alcance, prestar atención a la temperatura del ambiente y las corrientes de aire son algunos detalles a tener en cuenta.