Sólo basta con observar las instituciones políticas para ver que se necesitaría una reforma en distintas reglas y procedimientos para cumplir con los objetivos fundamentales de cualquier sociedad civilizada, entre los cuales se encuentran la transparencia, la eficiencia, la eliminación de la corrupción, del clientelismo, etc.
La reforma debe ser estructural y no dejar nada al azar, debe estar bien reglamentada y ser previamente analizada por especialistas e incluso la gente. Además, una vez lograda, debe contar con una enorme inspección para hacer que se cumplan sus designios.
La misma puede ser dictada en distintas leyes y tener un amplio desarrollo doctrinario, pero en este artículo sólo consideraremos algunos aspectos fundamentales que analizaremos sólo parcialmente. Estas son algunas ideas a tener en cuenta de los cambios que en general deberían darse en una supuesta reforma política:
– Sistema de Elección Uninominal (o Eliminación de la Lista Sábana):
El evidente que la lista sábana (es decir el sistema plurinominal de lista completa) es una enorme fuente de clientelismo, de manipulación y de desvinculación elector-elegido. Se basa en poner un candidato conocido al tope de la lista, y una lista enorme de otros políticos que nadie conoce, y de ese modo la gente vota por el primero y entran el resto de sus amigos, y la gente queda totalmente desvinculada con sus representantes. Lo que habría que instaurar lo antes posible es el sistema uninominal: se dividen las circunscripciones en tantos candidatos como bancas a elegir, y cada distrito vota por su candidato. Cuando ese gana, el votante sabe quien lo representa, sabe a quien votó y si hace algo mal, se puede ir a quejar.
Para distritos grandes como el conurbano, se podría hacer una suerte de doble elección, es decir dividir aún mas las circunscripciones y cada distrito de por ejemplo, menos de 50.000 habitantes (para que esas personas conozcan al candidato y no se diluya en la voluntad de millones), y de allí todos los elegidos vayan a una elección de segundo grado, similar el sistema de colegio electoral de Estados Unidos, y que ellos en una convención voten a los legisladores. Lo importante es la idea de cercanía entre el votante y su candidato (alguien a quien reprocharle sus errores y hacerle un seguimiento).
– Desvincular Elecciones Nacionales de Elecciones Provinciales, Municipales y de Legisladores:
Es fundamental que las elecciones provinciales y municipales se realicen en épocas diferentes para evitar el “efecto arrastre”. Es decir, ahora quien esta en el poder maneja el presupuesto, hace una importante campaña y como al mismo tiempo se vota a nivel Nación, Provincia y Municipio, se asegura ganar en todos los distritos logrando una suerte de partido único, y como no tiene oposición en pequeñas provincias o distritos, utiliza a estos como clientes para hacer cumplir sus negocios. Mucha gente a nivel local votaría a otro partido, pero esta cegado por la propaganda nacional o simplemente es victima de la lista sabana. Así es más difícil la transparencia política.
– Inhabilidades en base al “parentesco” (sistema anti nepotismo):
Esta es una idea original que no se ha observado en otros sistemas, y que emula lo que sucede en el Código Civil, pero parece interesante y de lograrse, podría ir en contra de la corrupción generalizada.
Lo explicaremos con un ejemplo: en el Código Civil, dependiendo del grado de parentesco, hay restricciones a distintas potestades de la persona. Algunos dirán que se atenta contra ciertas libertades individuales, pero se hace en aras del desarrollo social, y por eso no se afecta a nadie y es positivo. Así, por ejemplo, marido y mujer no pueden ser socios en una sociedad, o padres e hijos no pueden ser testigos entre sí, los jueces no podrán proveer la tutela, en socios, deudores o acreedores suyos, en sus parientes dentro del cuarto grado, en amigos íntimos, etc. En fin los ejemplos son miles. Lo que queremos explicar es que para mantener a salvo ciertas relaciones de familia, se restringen ciertas libertades individuales.
Esto aplicado al ámbito político, se agregaría ante la mala práctica de la clase política, de nombrar parientes en distintos puestos, sin conocimientos y sólo por favoritismo. ¿Como funcionaría?: es simple, un funcionario no puede tener ningún pariente en ningún grado (ascendente, descendente y colateral) ni ningún amigo, enemigo, fiador, deudor o acreedor que pueda probarse suyo por cualquier medio, en ningún puesto cercano a él hasta el cuarto grado. Como cuarto grado quiero significar, que si el funcionario es un ministro, no puede haber ningún pariente suyo trabajando en ningún ministerio, secretaría, subsecretaría ni dirección general (cuarto grado del árbol jerárquico). Nada más simple que esto.
Ahora bien, se dirá que se viola la libertad individual del particular de Trabajar y ejercer toda industria licita (Art. 14 C.N.) y que se viola el poder discrecional de la administración de contratar a quien quiera. Pero todo esto es hace en aras del bien común, y de preservar ciertas relaciones y evitar la corrupción. Es decir, lo que hace el Código Civil: restringir ciertas libertades individuales para salvar a la sociedad en su conjunto. En caso contrario, el funcionario podría nombrar a un pariente que no sabe nada, en vez de a un profesional, ya que tiene preferencia por su pariente o amigo. Para evitar este impulso natural, se instaura esta premisa.
– Aleatorización o “banca del ciudadano”:
La corrupción esta aferrada al sistema, porque los políticos son siempre los mismos, están hace años y en la mayoría de los casos no dejan entrar a gente común con ganas de cambiar las cosas. Un plan que podría mejorar al menos un poco la situación, sería similar a lo que se hace en el juicio por jurados para elegir a los jurados, es decir un sorteo entre la gente común. También podría hacerse entre gente proba de gran moral, por ejemplo profesionales, ancianos, académicos, etc.
Se sortearían por número de DNI por ejemplo 10 o 20 personas, del común de la gente, trabajadores, amas de casa, gente que vive los problemas a diario. Ellos pasarían a formar parte de algunas bancas y podrían decidir. Cada tantos meses se iría esta gente común y vendría otra. Con ello se garantizaría la transparencia. Ellos no conocen a los políticos y no harían negociados. Además conocen los problemas mejor porque los viven a diario y sabrán solucionarlos, es decir, no viven en un country aislados del mundo. Parece muy utópico pero es interesante analizarlo.
– Voto electrónico y eliminación de fiscales:
Es obvio que en las elecciones de los últimos tiempos debido a seguir utilizando el voto urna, se lograron algunos fraudes. Uno de los problemas es el sistema de fiscales. El partido pequeño que no tiene estructura para tener un fiscal en cada mesa, pierde porque esa urna no es fiscalizada. Sólo pueden fiscalizar los grandes partidos que tienen mucho poder, movilización y dinero para pagarle a los fiscales. Resultado: ganan los mismos de siempre, no hay pluralismo y se va contra todos los principios de la democracia: posibilidad de que cualquiera llegue al poder. Los presidentes de mesa que suelen ser docentes, hacen un papel encomiable y se esfuerzan, pero en mucho casos lamentablemente no alcanza.
Los partidos grandes dicen: si no tienen fiscales, problema de ellos. Lo cierto es que es un problema de todos, porque sigue la corrupción. Es evidente que en una mesa con un solo fiscal de un solo partido, va a ganar ese partido, porque no hay moral como para reconocer que otros partidos fueron votados.
Habría que implementar como mínimo el voto electrónico, y no fiscalizado por miembros del partido oficialista o de otros partidos, sino por un grupo de gente realmente imparcial, como personalidades de la ONU, veedores internacionales, académicos o científicos, etc. Eso reduciría al menos un poco el fraude.
– Voto voluntario y voto “censatario atenuado”:
Algo fundamental es que el voto deje de ser obligatorio, como sucede en la mayoría de los países. Votar es un derecho, y los derechos se ejercen, no se coaccionan, es decir nadie puede obligarme a ejercer un derecho. Tengo el derecho a trabajar y si no quiero no lo ejerzo, tengo el derecho a publicar mis ideas sin censura, y si no quiero no publico nada. Se luchó por alcanzar este derecho, y no se puede obligar a ejercerlo.
Por otra parte, mas allá de este análisis doctrinario, es evidente que en la realidad el instituto está mas que desvirtuado. Es decir, nadie va a votar. En la últimas elecciones hubo abstencionismo de más del 30% pero el número tiende a la baja, por lo que se genera una contradicción: el estado dice que votar es obligatorio, pero no hace nada para que la gente vote, no ataca con la ley a los que no votan, y muestra así su inoperancia. Sería mejor que sea voluntario pero que haya campañas de concientización democrática para motivar a la gente y defender las instituciones.
Otro punto es el foto “censatario atenuado”: salta a la vista que hay muchos votos comprados. Eso todos los saben: votan por colchones, ropa, comida, etc. Se lucra con las necesidades de la gente. Debido a que esta verdad es tan evidente, y por mas que nos duela, habría que hacer que para votar haya que hacer al menos un curso de formación ética y ciudadana, y que sin ese curso no se pueda votar (salvo haber cursado otros estudios). Suena duro, repito, pero no sería en sí un voto censatario (es decir, que vote el que tiene plata), sino mas bien, que vote el que sabe lo que es la democracia, que sabe que se vota, que no vote cualquier cosa y por necesidad. Ese curso de capacitación serían simplemente un par de horas donde a la gente se le indique que NO acepte colchones para votar, que NO acepte zapatillas para votar, que e le explique como funciona el clientelismo y que si vota por colchones, jamás en su vida podrá tener un colchón por su cuenta. El curso sería optativo para aquellos que quieran votar, y podrían detectarse algunos problemas de esa gente y ayudarlos en su situación social. En fin, no es algo malo, sólo se trata de educar a la gente.
– Despolitización del Poder Judicial:
Este es otro punto fundamental. La justicia no es independiente. ¿Porque?: Porque a los jueces los nombra el Poder Ejecutivo con acuerdo del Senado. Resultado: los jueces tienen que hacer lo que el Ejecutivo y el Senado quieren. ¿Como puede ser independiente la justicia, si la nombra y remueve el poder político de turno?
Nada mas lejos de la verdad: aunque nos cueste decirlo, la justicia no es independiente.
Sin embargo, a partir de la creación del consejo de la magistratura, se está tendiendo a buscar alternativas y a tomar conciencia de que la justicia no debe tener relación con el poder político, y se debe avanza en este sentido.
¿Que había que hacer para que la justicia fuera independiente? Bueno, no es tan fácil, habría que llamar a distintos profesionales, académicos, científicos e incluso gente de ONGs o gente común y analizar como hacer para que la justicia sea realmente independiente. Una vez estudiado todo en profundidad y buscando como siempre, la máxima objetividad y transparencia, habría que generar una verdadera reforma al sistema de división de poderes para hacer que ésta sea efectiva. Como punto principal, no debe haber ningún tipo de relación entre el Poder Judicial y el resto de los poderes en cuanto al nombramiento y remoción, para que los jueces no se sientan intimidados.
Algunas ideas para mejorar el Consejo de la Magistratura serían:
– Aumentar el numero de sus miembros para que lo compongan distintos miembros de la sociedad.
– No debe haber ningún miembro del poder policito (nada de diputados, senadores, etc. sino la justicia no puede ser independiente)
– El mismo debe tener mas personalidades del ámbito académico, científico, ONGs e incluso, y por medio de la aleatorización, estar integrados por gente sorteada al azar que por medio del sentido común del ciudadano típico y un amplio conocimiento de su realidad cotidiana, pueda colaborar, al menos de forma consultiva.
– Como ultimo punto, imaginamos que es necesario y fundamental un sistema de premios y castigos. Y sobre todo, la carrera: es decir, que llegue a ser juez aquel que siempre tuvo las mejores calificaciones, que demostró responsabilidad, alguien de probidad moral, de trabajo duro, etc. No decimos que los jueces actuales no cumplan estos requisitos, simplemente que el sistema al que se tiende desde la reforma constitucional debe avanzar, sin que haya ningún tipo de contacto político para el acceso a la judicatura, ya que la justicia debe ser objetiva e imparcial, no política.
– Sistema de Concurso y oposición de antecedentes:
La constitución dice que el único requisito para acceder a la función publica es la idoneidad. Es decir, no se necesita ningún estudio, ni capacitación ni nada. No consideramos que esto este mal, de hecho el derecho a integrar el Estado no tiene que ser restringido a aquellos que no tuvieron la posibilidad de estudiar, ya que iría en contra el derecho de igualdad. Sin embargo creemos que esta idoneidad debe ser puesta a prueba. Se debe tender a que la mayoría de los cargos públicos estén integrados por personas que están allí por sus conocimientos y esfuerzos, y no por amiguismos. Debe haber concursos de oposición de antecedentes y se debe tender cada vez mas a la carrera es decir que se vaya ascendiendo mas con logros personales que por favoritismos políticos.
Para concluir, recordamos que este análisis es simplemente tentativo, trata de ser lo mas objetivo posible y no es mas que un esbozo de ideas. No busca contrariar ningún movimiento político ni institución actual de nuestra democracia, sino solo sugerir algunos aspectos que sería interesante incluir en una futura reforma política para aumentar la credibilidad de la gente es sus instituciones y lograr así una democracia mas plena.