Al interactuar con un niño Índigo y Cristal, es importante saber que estos niños son muy distintos a otros y, muchas veces, a nosotros mismos. Estos niños no utilizan los mismos métodos que los que usaban los adultos en su propia infancia. En especial, las diferencias se basan en:
- Predominio del hemisferio derecho
- Hipersensibilidad a la tensión ambiental
- Sensibilidad a la comida (alergias a los alimentos, celiaquía, vegetarianismo natural, intolerancia a la lactosa, constipación o diarreas crónicas, rechazo de carnes, o alimentos grasos).
- Método de aprendizaje kinético
Estos niños, entonces, son creativos, intuitivos, imaginativos, emocionalmente inteligentes. Sufren en la etapa escolar, ya que los métodos de aprendizaje se orientan hacia el lado izquierdo del cerebro, obligándolos a estar quietos, no poder tocar, crear, sentir, comprender. Un predominio del hemisferio derecho del cerebro genera un rápido aprendizajo, con saltos intuitivos que demuestra una inteligencia sorprendente. Sin embargo, el aprendizaje escolar es repetitivo, rutinario, organizado, lineal y acumulativo. Es un enfoque lento, para este tipo de niños. Se aburren con facilidad, pueden ver las deficiencias de sus propios maestros, y aunque no los juzgan, su imaginación comienza a actuar, generando conversadores incansables, niños que miran por la ventana, o niños que caminan por el aula solos.
El grado de inteligencia es tan alto, que el colegio no logra captar su atención. Algunos, los más sumisos, cumplen sus tareas rápidamente, y luego se dedican a otra cosa. Los más rebeldes, no copian en clase, no prestan atención, juegan abajo del pupitre, miran por la ventana y hasta caminan alrededor del aula sin saber qué hacer.
Estos niños, frecuentemente, al generar fricción con estas conductas entre ellos y sus maestros, terminan siendo derivados a profesionales en pedagogía y psicología, que al no tener en cuenta esta nueva generación de niños, los diagnostican con un trastorno de déficit de atención (TDA, o ADD en inglés), o un desorden de déficit hiperactivo en la atención (TDHA, o ADHD en inglés). Muchas veces este diagnóstico deriva en Ritalina, una droga potente que lo aplaca, pero también les da trastornos físicos y psicológicos de todo tipo (insomnio, falta de apetito, depresiones, miedos, fobias, y largo número de etc.).
En realidad, de lo único que sufren estos niños es de aburrimiento. Y de sentir que no son comprendidos, preguntándose por qué el mundo está al revés, y nadie los entiende. Los niños Índigo y Cristal, a pesar de ser de distinta naturaleza cada uno, ambos se caracterizan por este predominio del hemisferio izquierdo.
Al ser intuitivos, improvisan su camino a través de la escuela, algunos leen antes de llegar a la escuela, y otros son categorizados como disléxicos. En la adolescencia, esta incomprensión puede llevar al uso de drogas, trastornos de alimentación, depresiones y más.
Es importante detectar si tenemos un niño con estas características. Sobre todo es importante comprender que deberemos trabajar más como padres sobre este tipo de chicos. Esto es así, porque el sistema escolar no puede cambiarse para ellos, al menos no por ahora, por lo que una buena contención y métodos de aprendizaje distintos dentro de la casa serán necesarios, para que el niño crezca sanamente, entendiendo que si bien es distinto a los demás, eso no lo hace peor, sino todo lo contrario.
El Índigo es un artista en potencia, una persona creativa, que rompe esquemas, cambia estructuras. Son los futuros líderes del planeta, quienes derrocarán viejas estructuras arcaicas y egoístas, totalmente destructivas tanto para el planeta como para el Ser Humano. El Cristal es su complemento, el siguiente paso natural de la evolución humana, el cual se dedicará a construir nuevas estructuras, más pacíficas, menos bélicas, más solidarias y en contacto y respecto directo con la naturaleza y sus pares.