El lenguaje surge naturalmente en el ser humano, desde el momento en que siente la necesidad de designar y diferenciar objetos para que el otro reconozca los mismos o las acciones involucradas a los mismos. Es por esto que se dice que las palabras son sonidos naturales que cada raza fue aúnando para comunicarse en las épocas más primitivas de nuestra existencia.
Significado y Referencia
Es decir, la palabra “agua” tiene cierto significado (el cual podemos encontrar en un diccionario, por ejemplo), y esta se refiere a un objeto líquido que se forma a partir del oxígeno y el hidrógeno en una combinación química.
En esta etapa de simpleza, es fácil comprender al otro, ya que el significado de la palabra “agua” es inequívoco. Sin embargo, hay palabras que se vuelven algo más confusas. Un ejemplo de ellas es la palabra “vela”. Aquí nos encontramos en un gran dilema, ya que vela tiene vario significados, al poder referirse a un objeto que alumbra, o a un objeto de tela que permite que un barco se propulsione con la interacción del viento.
Entonces, tenemos palabras que tienen un significado y además una referencia, que satisface las características señaladas por el significado. Sin embargo, hay otras palabras que no tienen referente. Este es el caso de la palabra “unicornio”. Al no existir un caballo que cuente con un cuerno en su frente, la palabra, si bien tiene significado, carece de referente.
Lenguaje y Realidad
Otra situación que suele darse entre el lenguaje que utilizamos y la realidad que vivimos. Muchas veces, hay una correspondencia entre ambos, por lo que cada palabra se ve correspondida por algo, y ese algo con esa palabra. Sin embargo, más de una vez se ha visto el caso donde se encuentran más de una palabra para la misma clase de objetos. Por otro lado, también ocurre muy seguido, que hay palabras que no se corresponden con cosa alguna, y cosas que, a veces, no tienen palabras para ser descriptas.