Efectos sociales y humanitarios de las guerras

Desde nuestra infancia todos hemos sido espectadores de películas de Hollywood sobre la Segunda Guerra Mundial, dichas películas han supuesto nuestro medio de formación sobre las guerras; a través de ellas nos hemos formado una idea de cómo son las guerras, los escenarios, los actores, los métodos de lucha… En las películas las guerras tienen lugar entre ejércitos de dos o más Estados, los actores, es decir, aquéllos que ejercen la violencia, son militares. El llamado campo de batalla o escenario en donde se llevaban a cabo los combates era el campo, una playa…

Hagamos el esfuerzo de recordar documentales o reportajes de TV sobre algunos de los conflictos posguerra fría como el de Ruanda, ex-Yugoslavia, Kosovo, Argelia… y buscar diferencias significativas respecto a nuestros recuerdos cinematográficos.

En primer lugar, las guerras actuales ya no son entre Estados, la mayoría de conflictos son de carácter interno. En segundo lugar, los actores; el uso de la violencia ha dejado de estar en manos exclusivamente de los militares, en todos estos conflictos hemos oído hablar de cuerpos paramilitares, de unidades de autodefensa, grupos terroristas… todos ellos involucrados en el ejercicio y uso de la violencia. También aparecen nuevos actores en el escenario del conflicto aunque con un papel distinto, los representantes o enviados de instituciones internacionales como NU, UE, OSCE… La prensa que retransmite en directo, y acompañando a alguno de los bandos, lo que está pasando, y finalmente las ONG, que tienen que prestar ayuda humanitaria a la población civil. Cada uno de estos actores tiene un papel distinto y determinado en la guerra.

El campo de batalla

Como antes decíamos, en las películas el enfrentamiento entre las partes tenía lugar en el llamado campo de batalla. En los conflictos mencionados anteriormente el campo de batalla son las personas, la población civil. En la Primera Guerra Mundial el 90-95% de las víctimas fueron militares, en la Segunda Guerra Mundial el 50% de las víctimas fueron militares y el otro 50% fueron civiles. A finales del siglo XX en los conflictos de posguerra fría, el 90-95% de las víctimas fueron civiles.

Según ACNUR hemos iniciado el nuevo milenio con 23 millones de refugiados, la mitad de ellos menores de 18 años y 40 millones de desplazados como consecuencia de conflictos armados y violentos. Los bombardeos sobre Afganistán ocasionaron 1 millón de refugiados, en 1999 el conflicto de Kosovo comportó 1 millón de refugiados, en el 94 en Ruanda hubo 2 millones de refugiados y en el 92 en Bosnia hubo 2 .700.000 refugiados.

Entre los nuevos métodos de lucha encontramos la limpieza étnica, masacres masivas sobre la población de la otra etnia, el genocidio. No sólo hemos visto muertos, heridos o columnas de personas huyendo, también hemos visto la naturaleza destruida, envenenada o ardiendo. La mutilación y amputación de miembros, como las manos que pueden impedir a la persona seguir trabajando la tierra. El atentado terrorista, que aparte de tener una intencionalidad destructora, a menudo es utilizado como una forma de salir en los medios de comunicación e internacionalizar el conflicto. El secuestro, que puede tener una intencionalidad económica, pero si los secuestrados son occidentales de países ricos el secuestro puede provocar la implicación política de algún Gobierno o la presencia en la prensa internacional.

Los saqueos de bienes y las expropiaciones o simplemente una ocupación de viviendas o tierras que anteriormente eran de otra persona. El minado de las tierras de cultivo, la destrucción de carreteras, puentes, centrales eléctricas, pozos de agua, estaciones de potabilización… el sistema económico-productivo y el comercio. La violación de mujeres y niñas que pone de manifiesto la utilización del cuerpo de las mujeres como campo de batalla; dichas violaciones se planificaban y organizaban con anterioridad, con el objetivo de humillar y que nunca olviden quién es el enemigo.

Abolir la guerra

Hasta aquí los daños mencionados son visibles y cuantificables, pero también es necesario tener presente los efectos no materiales o invisibles de la violencia directa. Las estrategias de guerra actual buscan generar odio, humillación, sufrimiento, rencor, trauma, depresión… Efectos psicológicos todos ellos perdurables en el tiempo.

Por todo lo dicho creo que es el momento de iniciar un nuevo movimiento abolicionista. Si con los siglos conseguimos abolir la esclavitud, por que no intentar abolir la guerra.

Espero sus aportes!
Saludos